Durante décadas, la medicina se ha centrado en tratar enfermedades. Pero el mundo ha cambiado, y con él, también lo han hecho nuestros desafíos de salud. Hoy, lo que necesitamos no es solo vivir más, sino vivir mejor.
Frente a este nuevo paradigma surge la Medicina Funcional, considerada por muchos como la medicina del siglo XXI. No se trata de una moda, ni de una alternativa, sino de una evolución necesaria: un modelo médico moderno que entiende que el cuerpo no es una suma de partes, sino un sistema interconectado en constante diálogo con el entorno, los hábitos y las emociones.
A diferencia de la medicina tradicional, que muchas veces responde a síntomas con tratamientos farmacológicos aislados, la medicina funcional se enfoca en identificar las causas raíz de las enfermedades. ¿Por qué enferma el cuerpo? ¿Qué función se alteró? ¿Qué se puede restablecer, en lugar de simplemente suprimir?
El Dr. Alexander O. Krouham, referente y pionero en medicina funcional en Latinoamérica, lo explica así: “Esta es una medicina que se atreve a cuestionar. Que busca comprender profundamente al paciente, más allá de su diagnóstico. Que utiliza herramientas científicas actuales, sin perder de vista la humanidad”.
Con años de experiencia clínica, el Dr. Krouham acaba de lanzar el libro Medicina Funcional: De paciente a protagonista, coescrito con su padre, el Dr. Pablo Krouham. En sus páginas, invitan a repensar todo lo que creíamos saber sobre la salud, y a reconectar con nuestra capacidad innata de sanar. A través de una mirada crítica y reflexiva, la obra propone que la medicina moderna no solo cure, sino que transforme.
Porque la nueva medicina no solo está en laboratorios y algoritmos. Está en volver a ver al paciente como una persona, no como una etiqueta clínica. Y eso, más que moderno, es profundamente humano.
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