La Generación Z ha marcado una ruptura significativa con las normas de identidad sexual de generaciones anteriores. Según los últimos datos del CIS, casi uno de cada cuatro jóvenes de entre 18 y 24 años en España se define como bisexual. Esta cifra, cuatro veces superior a la de generaciones anteriores, no solo habla de un cambio de percepción, sino de una nueva forma de entender la sexualidad: más fluida, más libre y con menos etiquetas rígidas.
Más referentes, menos prejuicios
La presencia de figuras públicas abiertamente bisexuales en la música, el cine, las redes sociales y el activismo ha tenido un papel clave. Artistas como Billie Eilish, Bella Thorne o Bad Bunny —con discursos y actitudes más abiertos— han visibilizado una orientación que, durante años, quedó relegada en la sombra incluso dentro del propio colectivo LGBTQ+.
La famosa “B” de bisexual en las siglas muchas veces fue invisibilizada, considerada una fase o una indecisión. Hoy, la Generación Z está resignificando esa letra, otorgándole valor, identidad y espacio.
Un enfoque no binario
Este auge de la bisexualidad también va de la mano con un cambio cultural más amplio: el rechazo al binarismo. Las nuevas generaciones no solo cuestionan las etiquetas tradicionales de género y sexualidad, sino que buscan caminos propios que reflejen mejor sus experiencias reales. La bisexualidad, entendida como atracción por más de un género, se alinea perfectamente con esta visión más abierta y no excluyente.
Menos miedo, más conversación
Además, el contexto social ha cambiado. Si bien aún existen retos, los jóvenes hoy tienen más herramientas, más educación afectiva-sexual (aunque aún insuficiente) y más libertad para hablar de sus preferencias sin tanto temor al rechazo. Las redes sociales también han sido clave: espacios como TikTok, Instagram y YouTube han creado comunidades donde compartir experiencias, dudas y vivencias se ha vuelto cotidiano y terapéutico.
¿Una moda o una evolución?
Aunque algunos sectores más conservadores ven este fenómeno como una “moda” o una “confusión generacional”, los estudios indican que se trata de una evolución en la percepción y expresión de la sexualidad. La etiqueta de bisexualidad ya no implica indefinición: es una elección consciente, visible y válida.
La Generación Z está liderando un cambio profundo en la forma en que entendemos la bisexualidad. Con más referentes, menos prejuicios y un enfoque no binario de la sexualidad, los jóvenes están dando visibilidad a una identidad que durante mucho tiempo fue ignorada, incluso dentro del colectivo LGBTQ+. Una muestra más de que estamos ante una generación dispuesta a romper moldes y reescribir las reglas de lo que significa amar y desear.