M. Night Shyamalan, conocido por sus giros narrativos y atmósferas inquietantes, se inspiró en una historia real para crear su más reciente thriller, La Trampa. Aunque la película explora elementos de terror psicológico, su base en hechos verídicos añade una capa de intriga.

En la película, un grupo de personas queda atrapado en una casa misteriosa, enfrentándose a fuerzas desconocidas. Este concepto, aunque ficticio, toma inspiración de extraños eventos ocurridos en 1975 en Pensilvania. Durante ese año, una familia informó haber sido testigo de sucesos inexplicables en su hogar: objetos que se movían solos, puertas que se cerraban de golpe y una creciente sensación de que no estaban solos.

Shyamalan, fascinado por la relación entre lo ordinario y lo sobrenatural, utilizó esta historia para explorar cómo las personas reaccionan ante situaciones donde la lógica parece desmoronarse. La película no solo asusta, sino que también plantea preguntas sobre la mente humana y la percepción de la realidad.

Esta mezcla entre realidad y ficción convierte a La Trampa en una experiencia cinematográfica aún más inquietante, invitando al espectador a reflexionar sobre los límites entre lo real y lo imaginado.