La salud mental ha dejado de ser un tema tabú para convertirse en una conversación urgente. Pero con la llegada de la terapia online, surge una nueva pregunta: ¿estamos realmente sanando o solo cubriendo el síntoma?
Durante los últimos años, especialmente tras la pandemia, la terapia psicológica online ha ganado terreno como una alternativa accesible, flexible y menos intimidante para quienes buscan apoyo emocional. Plataformas como Terapify, Psicología Online, Talkspace o BetterHelp han transformado la forma en la que accedemos a la salud mental. Pero con su auge también han surgido dudas: ¿puede una videollamada reemplazar el vínculo terapéutico tradicional?
Ventajas de la terapia online
La digitalización de la terapia tiene beneficios reales. Para muchas personas jóvenes —especialmente centennials—, hablar desde su espacio seguro reduce la ansiedad inicial de ir a consulta. Además, elimina barreras como el traslado, los horarios rígidos o incluso el miedo al juicio.
Otro punto a favor es la amplia variedad de enfoques terapéuticos disponibles. Puedes elegir entre terapia cognitivo-conductual, psicoanálisis, terapias humanistas o incluso procesos breves enfocados en objetivos específicos. Todo desde una app.
¿Pero es igual de efectiva?
Diversos estudios han demostrado que la terapia online puede ser tan efectiva como la presencial, sobre todo en el tratamiento de trastornos como la ansiedad, depresión leve o el estrés. Sin embargo, no siempre es la mejor opción para casos complejos que requieren una lectura profunda del lenguaje no verbal o un acompañamiento de largo plazo.
Además, algunos terapeutas señalan que la relación terapéutica se ve afectada por la falta de contacto directo, lo cual puede dificultar la creación de un espacio emocional profundo o seguro.
Parche emocional o puente a algo más grande
Una de las críticas más frecuentes es que, en muchos casos, la terapia online se convierte en una solución rápida, casi como un “delivery emocional” para salir del paso. Sesiones de 30 minutos agendadas entre juntas, respuestas por chat y ejercicios automatizados que, si bien alivian en el momento, no sustituyen el proceso introspectivo que implica una terapia constante y presencial.
Sin embargo, también puede ser un primer paso valioso para muchas personas. Especialmente para quienes nunca han tenido contacto con un terapeuta, la modalidad online puede abrir la puerta a un trabajo más profundo.
¿Qué considerar antes de elegir terapia online?
- Revisa credenciales. Asegúrate de que el o la terapeuta esté certificado.
- Fija objetivos claros. No todas las sesiones online serán para lo mismo: define si buscas contención puntual o un proceso largo.
- Evalúa tu conexión. Una mala señal de internet puede afectar el proceso más de lo que imaginas.
- Hazlo con intención. Aunque sea desde casa, trata la sesión con el mismo respeto que si fueras a un consultorio.
La terapia online no es un parche, pero tampoco una fórmula mágica. Es una herramienta que, usada con conciencia, puede ayudarte a iniciar un proceso de sanación real. Como todo en salud mental, la clave está en la constancia, el vínculo con tu terapeuta y la disposición genuina a mirar hacia adentro.