La búsqueda de soluciones energéticas sostenibles continúa avanzando, y uno de los desarrollos más prometedores proviene de España. Investigadores del grupo Surfcat de la Universidad de Sevilla han creado un proceso innovador que convierte residuos urbanos, dióxido de carbono y biomasa en biocombustibles avanzados, ideales para su uso en aviación, transporte marítimo y camiones de carga pesada.
Este avance representa un paso importante en la transición hacia un modelo energético más limpio, al ofrecer una alternativa real al queroseno y otros combustibles fósiles utilizados actualmente en el transporte de larga distancia. Además, aprovecha materiales de desecho que suelen contribuir a la contaminación ambiental, convirtiéndolos en energía útil.
A diferencia de otros biocombustibles que dependen de cultivos agrícolas, este proceso se basa en materia orgánica ya desechada, como restos de comida, residuos industriales o incluso CO₂ capturado. Esto no solo reduce emisiones contaminantes, sino que también ayuda a disminuir la presión sobre los recursos agrícolas y el uso de tierras de cultivo.
Con este tipo de tecnologías, se abre una nueva vía hacia la descarbonización del transporte pesado, uno de los sectores más difíciles de electrificar. Los biocombustibles urbanos podrían jugar un papel clave en los próximos años, sobre todo en rutas aéreas y marítimas donde la energía eléctrica aún no es viable.
Este desarrollo es una muestra clara de cómo la ciencia y la innovación pueden dar nueva vida a lo que antes era considerado basura, impulsando un futuro más sostenible y eficiente para el planeta.